EN MEDIO DEL FUEGO


EN MEDIO DEL FUEGO


Dios da los Diez Mandamientos a Moisés en la cima de la montaña para beneficio del mundo entero.  Pero, ¿Cómo era allá en la montaña?  ¿Cómo habló Yahweh y se presentó a Si mismo?  ¿Bajo qué condiciones habló el SEÑOR a Moisés?  Si podemos entender esas condiciones, talvez podemos reconocer de una mejor forma cuando el Eterno quiere hablarnos.  La respuesta es dada en Deuteronomio capítulo 5 después de los Diez Mandamientos.
“Estas palabras el SEÑOR habló a toda vuestra asamblea en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas…”  Deuteronomio 5:22

Fuego, una nube, y densas tinieblas.  Difícilmente esperaríamos que el Creador se nos apareciera y hablara a Su pueblo de esta forma.  Regresemos a Éxodo para leer el recuento original de como se vio esto.
“Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló todo el pueblo que estaba en el campamento. 
17  Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. 
18  Y todo el monte Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia.”

Éxodo 19:16-18

Piense esto por un minuto.  Dios descendió en forma de una gran bola de fuego tan grande como una montaña, y causó que todo se quemara inmediatamente.  Y debido a la bola de fuego, la montaña entera era un gran horno, emanando humo más allá de lo que podemos imaginar.  El humo era tan denso que casi no se podía ver.  Imagínese esto: la montaña entera comienza a temblar bajo sus pies y usted ve relámpagos dentro de la nube en frente de usted.  Y como si esto no fuera suficiente para asustarlo, usted escucha una voz fuerte que suena como un trueno y miles de cascadas de agua todo junto y que comienza a hablarle a  usted y parece que está en todos lados alrededor suyo.  Usted se postra, se tapa los oídos y comienza a temblar de miedo.  Usted dijo que quería “experimentar a Dios” ¿No es así?  Bien, hace 3200 años, así es como se miraba y se sentía.
Yahweh comienza a hablar las palabras del Pacto: Uno, dos, tres, nunca con la intención de parar.  Pero el pueblo ya no aguantaba.  Ellos  ya habían tenido suficiente respecto a su experiencia con Dios.  Miremos lo que dijeron en Éxodo 20  verso 19, “Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.”  Ellos pasaron de dudar de que Moisés siquiera conocía quien era Dios cuando el llego para libertarlos de Egipto y luego querer conocerlo a Él y ahora a nunca querer oírlo a Él otra vez porque ellos tenían miedo de que El los matara.

Es bien fácil mirar y decir que los Israelitas estaban locos por desperdiciar tan sorprendente oportunidad de escuchar la voz de Dios y ver todo ese espectáculo que no se ha visto desde entonces.  Pero nosotros conocemos la historia!  Nosotros sabemos que Él no iba a matarlos.  El solamente les estaba mostrando Su grande y poderoso poder, inculcando un temor santo de Su grandeza en ellos!  Él les estaba dejando saber a ellos que Él es un Dios Poderoso y esos gigantes al otro lado del Jordán serian como nada ante El!  Él quería que ellos supieran quien estaba del lado de ellos!  Pero los Israelitas no conocían esa historia.  Ellos ERAN la historia!  Ellos estaban convencidos de que iban a morir en cualquier  momento por todo lo que ellos estaban viendo con sus ojos naturales.

¿SOMOS DIFERENTES NOSOTROS?  

¿Acaso no somos de la misma manera?  Nosotros decimos que queremos escuchar la voz de Dios, experimentarlo a Él, aprender Sus formas, y ver Su poder.  Pero en el segundo que El comienza a contestar nuestras oraciones, le suplicamos a El que se detenga y nos vamos corriendo a las montañas.  El habla más fuerte cuando estamos en medio del fuego!  Es solamente cuando estamos en los fuegos de la vida que escuchamos Su voz más claramente.  Es en la oscuridad, el fuego, y el emanante humo de que todos sus sueños están siendo quemados que es cuando Él está más cerca.  Es durante estos tiempos que Él no te dice que huyas de la montaña, sino que te llama a la CIMA de la montaña!  Todos decimos que preferimos tener esas experiencias en la “cima de la montaña” con Dios a estar en el valle.  ¿De veras?  Es la cima de la montaña que estaba ardiendo, emanando humo como horno, y relámpagos por todos lados mientras que el valle estaba lleno de vegetación y tenía un riachuelo que lo cruzaba.
En la cristiandad occidental, nosotros asociamos las experiencias en la montaña con gozo, felicidad, y emoción.  Pero esos sentimientos vienen de nuestro deseo de sentirnos bien.  Y aunque no hay nada malo con sentirnos bien, desde la perspectiva de Yahweh, una experiencia en la montaña es frecuentemente acompañada de fuego.  En lo natural, el fuego destruye, pero desde la perspectiva de Dios, es bien diferente.

PREGUNTA: ¿Por qué es diferente desde la perspectiva de Yahweh?  ¿Qué es lo que El ve que el fuego está haciendo que es tan diferente de la forma que nosotros lo vemos?
El Padre usa ambas la ciencia y la creación para enseñarnos cómo funciona el mundo espiritual.  El usa los principios físicos para enseñarnos los principios espirituales.

PREGUNTA: Piense cómo funciona el fuego cuando está quemando algo.  ¿Qué es lo que le está pasando a la leña?
Está siendo transformada y elevada al mismo tiempo!  Solamente desde la perspectiva del hombre el fuego destruye.  Desde el punto de vista de Dios, el fuego transforma un objeto de un estado a otro!  ¿Alguna vez ha notado que hay chispas, cenizas, y brasas ardientes que flotan en el fuego?  El aire caliente sube y crea un “flujo” llevando las pedazos quemados hacia los cielos!
Los principios espirituales que pueden ser tomados de esto son espectaculares.  Cuando enfrentamos pruebas, tribulaciones, y fuegos de todo tipo, “considerémoslo puro gozo” porque en el mundo espiritual, si usted permanece cerca de Dios en el fuego, usted será automáticamente transformado y elevado a un lugar más alto en El.  El fuego creara  un flujo que lo llevara  directamente al Rey de reyes si le permitimos a El que haga a Su manera.  Por esto es que Santiago nos dice que consideremos puro gozo cuando nos encontremos en pruebas, porque el comprende el poder de la transformación.

El comprende lo que hace el fuego de la prueba.  Radicalmente transforma.  Usted simplemente no puede permanecer de la misma forma si permanece y se aferra a Él.  El fuego de la prueba es enviado con el propósito de quemar y sacar todo lo que no es de El en nosotros!  Es simplemente el horno de Dios!  ¿Qué tiene de bueno un pastel si no es puesto en el horno para cocinarlo?  ¿Qué tiene de bueno la plata si no es refinada por el fuego primero?  Yahweh es encontrado en el fuego.  El habita en el fuego.  El habla desde allí.  El ES el fuego consumidor.  Veamos más escritura y desempaquemos este principio.
“Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.” – Éxodo 3:2

PREGUNTA: Desde la perspectiva de Moisés, la zarza estaba ardiendo.  ¿Pero, estaba realmente ardiendo?  ¿Se consumió como estaba supuesta a hacerlo?  

¿Por qué no?  ¿Qué está tratando el Espíritu de decirnos acerca del fuego de Dios?   
¿Sobrevivió Moisés el fuego de Dios?  Sí.  Pero nunca fue el mismo otra vez.  Él fue transformado.  Note que la primera vez que él estuvo frente al fuego cuando el Ángel de Yahweh (Yeshua pre-encarnado) habló desde el fuego.  Después él fue invitado AL fuego.  El ya no era un observador; él se convirtió en parte del fuego y parte de la voz que estaba alrededor de él.
Hay  un principio poderoso que aprender de esto.  Pero no creo que lo pueda decir mejor de como Él lo dijo a través del profeta Isaías:
“Más ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. 

2  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, NO te quemarás, ni la llama te abrasará.” – Isaías 43:1-2 (énfasis añadido)
Cuando verdaderamente entendemos el principio que ningún fuego de la prueba que nos pueda sobrevenir  tiene el poder de destruirlo, usted podrá decir como Job “Aunque El me mate, en El esperaré; pero defenderé mis caminos delante de Él.”  (Job 13:15)  ¿Por qué Job confiaba en El?  Porque el entendía el poder de la transformación y la resurrección.  Él sabe que el fuego eleva al que confía en El.
Piense acerca del fuego en la montaña y el fuego de la zarza ardiente.  No eran reales!  PARECIAN reales, pero de hecho, eran espirituales.  Ellos no te pueden tocar porque eres carne y huesos sino porque eres un espíritu que tiene alma.  No importa que fuerte sea el fuego, simplemente no puede tocar el hombre espiritual.  Puede afectar la mente, voluntad, y las emociones (su alma), pero usted PUEDE caminar  a través del fuego y NO ser quemado.  El ESTA con usted.  Veamos otra escritura y agreguemos otro principio.

EL HORNO ARDIENTE  

Los amigos de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego decidieron que  no se iban a postrar y adorar la imagen creada por el rey Nabucodonosor.  Ellos sabían que las consecuencias eran la muerte en el fuego pero ellos estaban confiados y tenían FE que Yahweh los podía salvar:
“Entonces Nabucodonosor se llenó de furor, y demudó su semblante contra Sadrac, Mesac y Abed-nego. Respondió ordenando que se calentara el horno siete veces más de lo que se acostumbraba calentar. 

20  Y mandó que algunos valientes guerreros de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego, y los echaran en el horno de fuego ardiente. 
21  Entonces estos hombres fueron atados y arrojados con sus mantos, sus túnicas, sus gorros y sus otras ropas en el horno de fuego ardiente.
22  Como la orden del rey era apremiante y el horno había sido calentado excesivamente, la llama del fuego mató a los que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 
23  Pero estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente. 
24  Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Ciertamente, oh rey. 
25  El rey respondió y dijo: ¡Mirad! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses. 
26  Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 
27  Y los sátrapas, los prefectos, los gobernadores y los altos oficiales del rey se reunieron para ver a estos hombres, cómo el fuego no había tenido efecto alguno sobre sus cuerpos, ni el cabello de sus cabezas se había chamuscado, ni sus mantos habían sufrido daño alguno, ni aun olor del fuego había quedado en ellos.” –Daniel 3:19-27

PREGUNTA: Mire más allá de la historia en el texto negro.  ¿Cuál fue Su intención original aquí?  ¿Qué está El tratando de decirnos en lo que se refiere al fuego en nuestras vidas?

La primera cosa que aprendemos es que para salir al otro lado del fuego, es crítico tener fe que Dios es poderoso para libertarte.  Los amigos de Daniel lo declararon a otros con sus propias bocas, matando el espíritu de miedo en sus propios corazones.  Ellos comprendieron que aunque el fuego parecía real a sus ojos carnales, sus ojos espirituales vieron la zarza ardiendo. Ellos vieron la cima del Monte Sinaí.  Ellos vieron a Dios.  Por fe, ellos declararon lo que no era como si ya fuera.  En lugar de huir del horno de fuego, tratando de huir de las ataduras que los ataban a esta tierra, ellos aceptaron la prueba y caminaron hacia ella.  ¿Y qué pasó?  Ellos fueron transformados!  Sus ataduras cayeron y a ellos se les unió el Hijo del Dios Viviente!  Este horno ardiente en lo natural fue transformado en la Montaña de Dios!  Cuando le permitimos a este concepto penetrar en nosotros, cada experiencia de prisión no es más que el fuego de Dios, esa experiencia en la cima de la montaña que nos trae la promoción.  Es en estas experiencias que nosotros verdaderamente experimentamos el poder y amor del viviente Elohim (Juez)
PREGUNTA: ¿Qué más podemos sacar de esa historia?  ¿Qué les pasó a los hombres que ataron a Sadrac, Mesac, y Abed-nego y trataron de lanzarlos al fuego?  ¿Qué principios está El tratando de enseñarnos?  Otra vez, mire más allá de la historia y vea PORQUE El incluyó esos detalles.  La respuesta es parte de la Torah de hoy!

Cuando hay una circunstancia injusta en la cual un creyente se enfrenta a una prueba o a una tribulación, es tratado injustamente, o es falsamente acusado, siempre se hará justicia.  Esos que hacen daño SENTIRAN el fuego de sus propias obras, mientras que el acusado es transformado y levantado más alto.   
“Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.” –Daniel 3:30

Cuando tomamos el calor y el fuego por lo que es (la entrevista antes del ascenso) sin lugar a dudas, consideraremos puro gozo enfrentarnos a cualquier prueba de cualquier tipo.  Porque si usted cambia las letras un poco, la palabra “prueba” (trial en inglés) se convierte en “camino” (trial en inglés) que lo lleva a la montaña ardiente de Dios!
Miremos algunas escrituras.

JUICIO  

“Fuego va delante de Él, y quema a sus adversarios en derredor.” –Salmos 97:3
Aunque las llamas de Yahweh no pueden hacerle daño al creyente quien pone su confianza en El, las mismas llamas que traen transformación y ascenso, también traen juicio a Sus enemigos.
Hablando de juicio, hablemos de esto un minuto.  ¿Qué sucede si la prueba de fuego que rodea a una persona es por su propio pecado?  ¿Qué pasa si usted no está seguro si la persona trajo sobre sí mismo el fuego o si fue enviado por Dios?  Esta es una gran pregunta, pero también muy peligrosa.  La prueba de alguien más puede ser una trampa muy grande como lo vimos en la historia de los amigos de Daniel.  Era la prueba de ellos, pero los que fueron juzgados y atados fueron los que fueron juzgados.
“No juzguéis para que no seáis juzgados. 

2  Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 
3  ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 
4  ¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Déjame sacarte la mota del ojo", cuando la viga está en tu ojo? 
5  ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.”  --Mateo 7:1-5
Todos hemos escuchado estas escrituras.   Muchos lo han interpretado como si no estamos supuestos a juzgar.  Pero eso no es lo que dice.  Dice los principios para juzgar que deben ser entendidos primero:
  1. Nosotros  solo debemos juzgar con la medida que nos gustaría que usaran con  nosotros.  Después de todo, si nos equivocamos en nuestro juicio,  eso es lo que nos va a pasar.
  2. Debemos  asegurarnos que no estamos siendo hipócritas en nuestro juicio al  tratar de remover la paja en el ojo de nuestro prójimo mientras hay  una viga en el nuestro.  Por ejemplo, si un predicador da un sermón  sobre el amor al prójimo pero usa un ejemplo de un amigo suyo que  él cree que no es amable, en el mismo segundo que el usa ese  ejemplo, él no está mostrando amor al prójimo y se convierte en  la persona de la cual Mateo nos esta advirtiendo
  3. Debemos  de estar en una posición de juzgar, de manera que debemos saber  todos los hechos, haber escuchado ambos lados, y haber recibido la  autoridad para hacer algo respecto al juicio.  Un juicio que es  hecho por una persona que no está en autoridad es un juicio necio  porque el que está juzgando corre el riesgo de ser juzgado por el  Señor en la misma manera, pero no hay ninguna recompensa de ningún  tipo.  ¿Quién haría eso?  Solamente un tonto.  Ahora veamos cómo  encaja esto en el fuego de la prueba y descubriremos lo que el  hombre sabio hace cuando se enfrenta al ver a otro ir por el fuego  de la prueba.
PREGUNTA: Antes de que conectemos a Mateo de regreso en el punto principal, ¿Cómo cree usted que se conecta?  ¿Cómo es este pasaje relacionado a juzgar tan relevante al ver a alguien yendo a través del fuego de la prueba?  Si usted está en un grupo, tómese un minuto para pensar y discutir esto.  (PISTA: Piense acerca de los dos posibles resultados para una persona que está yendo a través de la prueba y como se relaciona con Mateo 7)
La verdad es que no importa si alguien está atravesando un fuego que ellos comenzaron por un pecado intencional o no, o si es un fuego comenzado por el Padre para su propio bien.  Los resultados son los mismos en ambos ejemplos.  Ya sea que van a ser destruidos en la prueba, o si van a ser transformados, elevados, o ascendidos a través de ello.  La persona que ha pecado tiene una poderosa oportunidad para ser ascendido así como la persona que no había pecado.
En Romanos, la Biblia dice que “todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios.”  Cada uno de nosotros nos hemos equivocado en nuestras vidas, y de la peor manera.  Si todos supieran todos nuestros pecados, todos estaríamos temblando de miedo, y nunca levantando una piedra para tirársela a nuestro hermano.  Es solo cuestión de tiempo antes de que veamos a otro yendo a través del fuego de la prueba.  Porque nosotros no somos Dios y no tenemos todos los hechos acerca del porque una persona esté pasando a través de dicho fuego, simplemente no se nos permite juzgar.  Y eso significa que no podemos juzgarnos a nosotros mismos tampoco.  ¿Cuántos de nosotros nos culpamos acerca de algo por lo que estamos pasando, culpándonos a nosotros mismos, inclusive odiándonos, y tragándonos el montón de culpa, vergüenza y depresión?  No se nos es permitido juzgarnos ni aun a nosotros mismos desde esta perspectiva!
Solamente hay tres posiciones en la historia del horno ardiente.  La posición de los tres amigos de Daniel, los tres guardias, y “Yeshua” en el fuego.  La cuarta posición es la del rey Nabucodonosor y esa es reservada para Satanás, el acusador.  De manera que si usted juzga a alguien que está pasando una prueba, o usted se convierte en los tres jueces que de hecho están llevando a cabo las ordenes de Satanás mismo, el cual le gusta acusar a los hermanos, robar, matar y destruir.  O usted es el que está pasando el fuego.  En este caso, es su oportunidad para un ascenso, dependiendo de su fe y que tan bien maneje la situación.  Finalmente, si  usted ve a un hermano o hermana que está pasando por el horno de fuego, usted puede jugar el rol de Yeshua y decidir amarlo lo suficiente como para estar en el fuego con ellos para asegurarse de que ellos salgan sin ninguna quemadura.  El verdadera amor al prójimo es ayudarlos a ellos y orar con ellos para pasar el examen!

Al finalizar este pensamiento de como Mateo encaja en este tema, podemos ver de que no hay recompensa en juzgar a alguien que está pasando una prueba.  Pero el riesgo es extremadamente doloroso si estamos equivocados.  ¿Se recuerda de Job?  El no hizo nada para recibir el horno por el que pasó.  Pero sus amigos tomaron la posición de que  no había forma de que el pasara por el fuego a menos que hubiera pecado.  Lo acusaron de eso, esto y aquello.  Ellos apuntaron a este “hecho” y aquel otro.  Al final, el Padre sí tuvo que encargarse con el orgullo de Job, pero Job se levantó transformado en un hombre que había sido elevado y ascendido.
Mire la situación de José.  ¿Era inocente cuando sus hermanos lo lanzaron a la cisterna?  De ninguna manera!  El tenia orgullo y el Padre lo vió!  Él les mostraba su túnica de colores y les contaba sus sueños de que su familia se postraba ante él.  El Padre tenía un gran plan para él, pero Él tenía que sacarle el orgullo.  Si José manejó su experiencia de “la cima de la montaña” desde el fondo de la cisterna y de la oscuridad de la prisión con fe y humildad, el seria transformado, elevado y ascendido.  Y gloria a Yahweh que él hizo exactamente esto, dándonos un gran ejemplo de cómo sobrevivir la Montaña de Dios.

Fue fácil para los hermanos de José juzgarlo por sus deficiencias, y no hay duda que Dios los usó para hacerle un juicio.  Pero si ellos hubieran sabido que ellos estaban juzgando al próximo segundo de Faraón, puede que ellos se hubieran reservado el juicio.  Siempre es mejor estar de lado del que está en prueba, orando por ellos para que pasen el examen de manera que ellos puedan aprender cualquiera que sea la lección que necesitan aprender y que sean promovidos en el Reino.
Salmos 104:4 dice que Sus ministros son llamas de fuego.  Esos que salen del fuego, refinados como la plata y purificados como el oro, son dignos de ser llamados ministros.  Ellos llevan consigo la experiencia de la cima de la montaña a donde quiera que vayan.  El fuego de Dios arde profundamente dentro de ellos y son capaces de iluminar cada vela oscura en su caminar.  El fuego de Dios es contagioso, iluminando corazones con fuego en todo lugar.
Apocalipsis 1:14 dice que el Mesias tiene ojos como llamas de fuego.  Todo lo que El ve es la presencia de Su Padre.  El ve todo a través de los ojos de la experiencia en la montaña.  Él ha estado a través del fuego de la cruz y fue promovido a la mano derecha del Padre.  Todos esos que miran a Sus ojos serán refinados o juzgados.

Mateo 3:11 dice que Yeshua nos va a bautizar con Espiritu y fuego.  Es a través del fuego de la adversidad que el hijo del Rey verdaderamente se vuelve nuevo.  Cuando la carne esta consumida, nos elevamos a nuestra posición sacerdotal.
Hechos 2 dice que el Espíritu Santo (Ruach HaChodesh) descendió sobre las cabezas de aquellos en el aposento alto como lenguas de fuego.  De  hecho, las lenguas eran como pilares de fuego, flotando sobre los declarados nuevos del templo del Altísimo.  Era como si el Padre estaba diciendo, “El juicio comienza por la casa de Dios.  Este es mi fuego.  La prueba comienza aquí.  La experiencia de la cima de la montaña que pasó una vez con Moisés, puede pasar contigo cada día.  No se preocupe.  Con cada prueba, Mi poder y poderosa mano derecha está aquí para librarte si continuas viendo hacia Mis ojos y confiando en Mi con todo tu corazón.”
Finalmente, en Hebreo, la palabra “fuego” es deletreada aleph, sin.  Si usted lo toma de regreso al original jeroglífico pictográfico, aleph representaba “la fuerza del líder” y sin  representaba “el fuego consumidor o consumir”  Cuando usted lo junta, la palabra “fuego” significa, “La fuerza del líder está en el fuego consumidor!”

De manera que la próxima vez que usted enfrente una prueba o sabe de alguien que se está enfrentado cara-a-cara con el Todopoderoso, métase al fuego con ellos y aliéntelos a que ALLI ES DONDE LA FORTALEZA DE ELLOS VA A COMENZAR!  Allí es donde su PROMOCION comienza!  Este es el momento encubierto en la circunstancia donde ellos pueden ser transformados, elevados, y promovidos a nuevas alturas!
Por último, si usted está atravesando una difícil prueba ahora mismo, comprenda que la situación por la que está pasando es solamente una prueba del sistema de emergencia de su fe.  Mantenga sus ojos mirando profundo en Sus ojos y recuerde que el Mismo que le permitió entrar al fuego, es el Mismo que lo sacará.

Shalom,

Jim Staley

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